¿Por qué llueve tanto el 4 de octubre? La leyenda del Cordonazo de San Francisco

San Francisco - cortesía
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El 4 de octubre se celebra el día de San Francisco de Asís, el santo patrono de los animales y los veterinarios, y fundador de la Orden Franciscana. Según una creencia popular, este día el santo se quita el cordón de su sotana y lo usa para azotar las nubes, provocando lluvias intensas y tormentas eléctricas. Esta tradición se conoce como el Cordonazo de San Francisco de Asís, y se dice que es una forma de castigar a los habitantes del planeta que se portan mal o de administrar el agua que va a caer sobre la tierra.

Sin embargo, desde el punto de vista científico, este fenómeno meteorológico tiene una explicación más racional. El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) señaló que el 4 de octubre coincide con la temporada lluviosa en Venezuela, y que la Zona de Convergencia Intertropical se encuentra muy activa y reforzada por la dinámica del viento en la troposfera superior. Esto favorece la formación de nubes que originan lluvias y tormentas, que pueden ocurrir días antes o después del 4 de octubre.

El Cordonazo de San Francisco de Asís es una leyenda católica que se remonta al siglo XIII, cuando el santo italiano recibió los estigmas (las heridas de Cristo en su propio cuerpo) en septiembre de 1224, y murió dos años más tarde, un 3 de octubre. Se dice que el santo predicaba la pobreza como un valor y proponía un modo de vida sencillo basado en los ideales de los Evangelios. Descalzo y con una túnica ceñida con una cuerda, atrajo a muchos seguidores que formaron la Orden Franciscana.

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El Cordonazo de San Francisco de Asís también se le llama “La Divina Tempestad” en otros países de habla hispana, donde se cree que el santo suelta el cordón de su sotana y azota las nubes para terminar con el sofocante verano y dar inicio al invierno o época de lluvias. En la meteorología, se habla de una ventana tiempo en la que este fenómeno se puede presentar desde el 25 de septiembre al 10 de octubre, marcando el cambio estacional.

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Es una muestra de cómo la cultura popular y la religión se mezclan con la naturaleza y el clima, dando lugar a mitos y tradiciones que perduran en el tiempo. Aunque no tenga una base científica, es una forma de expresar la fe y el respeto por el santo que abogaba por los pobres, los animales y la sencillez.

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