Y como para no perder la costubre, ahora le reclaman a Luis Miguel el pago de 3.6 millones de los verdes, tras ser demandado por el sello discográfico Warner Music debido a una deuda impaga desde 2014.
Según reseña la prensa mexicana en 2016 el intérprete renegoció el tratado y firmó un documento en un tribunal de la ciudad de Nueva York en el que dejó en claro estar al tanto de la deuda, mas aún no paga ni medio y la empresa quiere su dinero a la velocidad de la luz.
Esta demanda no ha sido detallada, pero se une a la que salió a relucir a finales del mes de enero, cuando su compatriota y colega Alejandro Fernández se fue por la vía legal para exigir 6 millones de dólares de indemnización por incumplir el contrato de una gira.
En mayo de 2016 el ex manager del Sol de México, William Brockhaus, demandó al cantante también por incumplimiento de contrato, y una Corte de Los Ángeles ordenó que embargaran el Rolls Royce del intérprete.
Esto pica y se extiende…
