En una reciente actualización sobre los requisitos para ser parte del exclusivo grupo del 1% más rico de Estados Unidos, se develó que es necesario poseer una fortuna neta de al menos USD 5,8 millones.
Lo que representa un aumento del doce por ciento en comparación con los USD 5,1 millones necesarios hace apenas un año, dicho aumento resaltó no solo el ensanchamiento de la brecha económica, sino también el impacto de la inflación y el crecimiento de las tasas de interés en las clases baja y media del país, según lo establecido por Knight Frank en el Reporte de Riqueza 2024.
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En consecuencia, el ajuste de la vara para entrar en el Elista Club del 1% se ve aún más pronunciado cuando se visualiza el crecimiento requerido desde 2022, año en el que se necesitaba una riqueza neta equivalente a USD 4,4 millones para que los residentes de los Estados Unidos puedan alcanzar el referido estado económico.
Dicha escala de riqueza en el territorio norteamericano, lo posiciona como la cuarta nación mundial en este aspecto, por lo que se visualiza de manera similar en otros países con requisitos aún más altos, entre los que se pueden mencionar Mónaco, Luxemburgo y Suiza en las primeras posiciones.
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“Nuestros hallazgos confirman las sustanciales diferencias en la distribución de la riqueza entre países”, expresó el economista Knight Frank. A su vez, esta situación no solo remarca las disparidades globales, sino que también sugiere un futuro cercano en donde las políticas gubernamentales podrán dirigirse en la localización de la riqueza, su distribución y estrategias para su crecimiento y la tributación.
El alto costo de la vida en Estados Unidos y la inflación económica constituyen un aspecto de gran importancia para el territorio norteamericano, pues en algunas zonas de San Francisco, Arlington, Virginia y San José el ingreso anual corresponde a USD 150.000 cantidad que se considera como clase media baja.
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A pesar de las dificultades económicas que afectan a gran parte de la población, los cuatrocientos estadounidenses más ricos del mundo han visto como su riqueza neta se ha disparado, beneficiado por un mercado de valores en crecimiento y en auge tecnológico.
Por otra parte, este panorama de desigualdad económica no solo compromete la riqueza global, sino que también deja en evidencia la urgencia de abordar el impacto que generarán en el ámbito económico y social del país.
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