El príncipe Harry logró una nueva victoria frente al tabloide británico Daily Mail, al desestimar un juez este viernes el intento del periódico de frenar la demanda que el miembro de la familia real le había interpuesto por obtener información de forma ilegal.
La decisión del Tribunal Supremo de Londres abre la puerta a un posible juicio en uno de los varios casos que el hijo menor del rey Carlos III ha iniciado contra la prensa británica.
El duque de Sussex y otras seis personalidades del Reino Unido, entre ellas el cantante Elton John, denunciaron a Associated Newspapers Limited por usar métodos ilícitos para conseguir información, como contratar a detectives, hacer escuchas telefónicas o suplantar identidades para acceder a datos médicos. El Daily Mail, que rechaza tajantemente estas acusaciones, solicitó al juez en una audiencia preliminar celebrada en marzo en Londres que no llamara a juicio, argumentando que la demanda judicial se había presentado “fuera de plazo”.
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Tras el fallo de este viernes, el Daily Mail se mostró “ansioso” por probar ante el tribunal que el duque de Sussex y los demás demandantes habían hecho acusaciones “escandalosas” y “exageradas” contra el periódico. Los otros demandantes, además del príncipe Harry, la estrella del pop Elton John y su esposo David Furnish, son las actrices Liz Hurley y Sadie Frost, el político Simon Hughes y Doreen Lawrence, una mujer de origen jamaicano, cuyo hijo adolescente fue asesinado, víctima de un ataque racista, en 1993.
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En este sentido, emprendió una batalla legal contra varios medios sensacionalistas, a los que culpa de la muerte de su madre Diana en 1997, en un accidente de coche en París, cuando era acosada por los paparazis, y a los que también acusa de tratar a su esposa Meghan Markle de la misma forma.
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El príncipe, de 39 años, que vive en Estados Unidos tras dejar en 2020 su país, sorprendió al asistir a esa audiencia, entre el público, cuando no es común que un miembro de la familia real se presente en un tribunal.
En junio, también compareció en otro proceso, esta vez contra el Daily Mirror, convirtiéndose en el segundo miembro de la familia real británica en hacerlo después de Eduardo VII, en un juicio por difamación en 1891.
