Dayana Mendoza, Miss Universo 2008 y consagrada una de las reinas de belleza más importantes de Venezuela, en su constancia por la predicación y religión que reza, la criolla crea constantemente diversas opiniones en redes sociales.
La modelo desde pequeña se preguntó cuál era el propósito para su vida y deseaba estudiar para encontrarla, pero su impactante belleza le abrió otros caminos, como resultado logró alzarse con la corona de Miss Venezuela 2007 y dar un paso firme para deslumbrar en el mundo, convirtiéndose en una soberana de la belleza universal en el año 2008.
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«Comencé a trabajar en el mundo de la moda a los 12 años de edad y después de los 15 años empecé a trabajar como modelo internacional en Europa y Estados Unidos también, viajaba sola y trabajaba como modelo en diferentes compañías», expresó Dayana Mendoza en una entrevista para el medio de comunicación Club 700 Hoy.
Asimismo, Mendoza agregó que utilizó el modelaje como una herramienta para reunir los fondos que necesitaba para estudiar y cumplir parte de sus sueños, que en su momento era una prioridad que susurraba día y noche en su cabeza.
Sin embargo, lejos de su familia y en un ambiente competitivo, como es el mundo del entretenimiento y show business, sus sentimientos comenzaron a verse afectados: «Cuando quise dejar el modelaje porque me traía mucha depresión; y no quise vivir más en ese mundo frívolo, dije que eso realmente no era mi talento y quise retirarme, pero llegó el Miss Venezuela a mi vida».
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En tal sentido, Dayana Mendoza expresó que debido a no encontrar respuestas que la ayudaran espiritualmente, además de cuestionarse tras enfrentar una ruptura amorosa y de no sentirse llena con la vida que llevaba como figura pública en mundo del espectáculo, decidió rendirse ante Jesucristo y dejar que tomara el control de su vida.
«Yo siempre tuvo inquietud espiritual, desde muy chiquita, y eso es lo que me llevó a buscar respuestas, iba a cualquier templo y hacía cualquier cosa, como ir a consultarme con cartas de Tarot, y es cuando me cansé y dije que iría a una iglesia cristiana a ver un pastor y cuando lo escuché encontré mi paz», concluyó la eterna Miss Amazonas 2007.
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