Hablar de Sol Mussett, es hablar de una madre que, llena de fe, luchó hasta el cansancio para salir adelante con sus hijos, desde el momento en que su esposo “cambió de paisaje”, tal como ella lo describe, para referirse a que él partió del plano terrenal.
Hambre, miserias, desprecio y otras calamidades, tuvo que afrontar esa mujer que un día de 1985 decidió secarse las lágrimas para guerrear con sus cuatro retoños, cuando sufrió el mencionado infortunio.
Al ser la madre de los exitosos cantantes Servando y Florentino, de quienes hicimos esta edición especial, no perdimos la oportunidad de entrevistarla y más, cuando nos abrió las puertas de su casa y su corazón para revelarnos su más mínima experiencia como madre de los exponentes más famosos del cono latino. Su ahínco en Dios fue uno de los principales motores de impulso.
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«Cuando Alí cambió de paisaje, me fortalecí muchísimo, aferrada a mis hijos, fueron y son mi fuerza, mi luz, mi norte, mi horizonte, aparte de mi Dios Todopoderoso que me envió herramientas para no caer en depresión y al darme cuenta que los niños me necesitaban, no podía seguir caída en dolor, porque los niños siempre necesitan de mamá y papá y como él ya no estaba me tocaba a mí, tuve que guerrear y salir adelante».
Siempre juntos
«Desde que Alí tuvo el accidente, al pasar los meses comencé a llevármelos a todos los homenajes que le hacían al papá y, aparte, cuando me los llevaba para Acarigua, veían cómo todos mis hermanos cantaban o, si los llevaba a Falcón (tierra de Alí Primera) los hermanos de su papá, todos cantaban, siempre supe que serían excelentes artistas».
«Siento la paz y la tranquilidad de que adonde llegan, tienen una mamá que aún los cuida y los bendice, me refiero a las madres de las fans y los fans, que están pendiente de ellos, de que estén bien, es increíble, en cada país que llegan reciben amor, eso me hace sentir en paz».
¿Qué fue lo más difícil que usted vivió como madre, en ese punto de tanta fama de S&F?
Cuando se tuvieron que independizar, cuando ya tuvieron que salir sin mí, cuando ya eran mayores de edad y su mánager de ese entonces, no me permitió continuar con ellos, porque ya tenían 18 y 19 años, yo quería estar pendiente de todo, porque no se puede negar que en la farándula siempre se presentan momentos fuertes.
S&F siempre dicen que pasaron de un día a otro, de no tener nada en la nevera, a comprar otra nevera para meter en dos neveras, todo lo que pudieron comprarse durante mucho tiempo. ¿Qué rescata de ese proceso?
Rescato lo que siempre decía mi papá, “cuando tengan, no coman solos”; no voy a decir a quiénes, pero de esa nevera se le brindó apoyo a todo el que lo necesitó y, eso es lo más gratificante, gloria a Dios. Mis hijos aprendieron a estar pendientes de todo el que necesita algo.
«Desde el principio los apoyé en su carrera. Estoy tranquila, porque gracias a Dios formé buenos hombres y levanté la canción de Alí titulada «Entre la rabia y la ternura», porque así me tocó criarlos, con firmeza, pero, con amor», Sol Mussett.
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