El futbolista brasileño Dani Alves, quien está en la cárcel a la espera de juicio tras ser acusado de abuso sexual, ahora se encuentra envuelto en otro problema con los reos.
El conocido futbolista y exjugador del FC Barcelona, de 39 años de edad, actualmente se encuentra en la prisión de Brians 2 en Cataluña, España. Donde espera ser llamado a juicio luego de que una joven de 23 años de edad, lo acusara por aparentemente haber abusado de ella en el baño de la disco Sutton de Barcelona a fines de 2022.
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Ahora bien, aunque Dani Alves descartó la historia de la víctima y admitió que tuvieron relaciones consensuadas, la joven mantiene que el deportista la agredió sexualmente por lo cual, no puede salir en libertad condicional.
Entretanto, Alves que se encuentra en la cárcel desde finales de enero aparentemente se está adaptando al nuevo entorno, incluso conviviendo con los otros reclusos, con las cuales tiene que compartir diariamente.
Además, según información publicada por los portales Servimedia y As, el jugador estaría promoviendo que los reclusos participen en partidos de fútbol con él como protagonista de estos encuentros.
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Ahora bien, fuentes anónimas aseguran que Alves está como todo un rey dentro del centro penitenciario, y que incluso a pesar de estar acostumbrado a la buena vida y los lujos ya “está plenamente adaptado a la vida dentro del lugar y tiene mucha sintonía con sus compañeros de módulo” pues de momento no tiene otra opción sino acostumbrarse.
Por su parte, Alves también firma autógrafos para aquellos que se los piden; sin embargo, hay un negocio turbio a su alrededor del que no se sabe si el futbolista tiene o no conocimiento, pero un prisionero catalogado como el mandamás del reclusorio está trabajando con el “tráfico de camisetas del Barcelona” que llevan la firma de Alves el cual es famoso por sus 23 títulos con la camiseta blaugrana, incluidas sus tres Champions League.
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Un recluso, el cual tiene acceso al jugador, aparentemente reúne las camisetas del Barsa que llegan al presidio, las hace firmar por Dani y luego las vuelve a repartir al dueño de la camiseta, ya sea algún familiar de un recluso o cualquier otro fanático, claro está cobrando un precio especial por el preciado autógrafo.
Finalmente, este preso, que se aprovecha de la situación vulnerable de Alves, recibe beneficios aparte de dinero, como tabaco o productos que necesita o se cotizan fuerte detrás de los barrotes.
