El rapero Kanye West perdió millonarios contratos que tenía con reconocidas marcas de ropa como GAP y Adidas, debido a indignación generalizada que provocó su decisión de incluir camisetas con el eslogan White Lives Matter en su desfile de la Semana de la Moda de París.
Ante esto, el estadounidense se negó a retractarse y durante meses avivó la polémica al emitir comentarios ofensivos contra los judíos. Seguidamente, se gastó todo el dinero que le quedaba en su nuevo álbum Vultures y en una publicidad durante el partido del Super Bowl.
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El anuncio emitido en el evento deportivo le costó supuestamente siete millones de dólares por 30 segundos, lo cual lo dejó sin más presupuesto y tuvo que optar por grabarse con su teléfono móvil en el interior de su coche para promocionar su marca Yeezy.
“Voy a ser sincero con todos ustedes. Estuve a dos meses de arruinarme y puse todo lo que tenía en esto. Nos trasladamos a Italia. Nos mudamos a las fábricas y sobrevivimos. Sobrevivimos a la cancelación. Volvimos al número uno”, expresó el también empresario en una entrevista para TMZ.
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Luego de enfrentar las mencionadas polémicas, hace unas semanas Kanye West dio el primer paso hacia su regreso a los escenarios y al mundo empresarial, cuando emitió un comunicado público donde se disculpaba por el daño que pudo haber causado a la comunidad judía.
Sin embargo, a pesar de ese supuesto arrepentimiento, West sigue defendiendo su derecho a compartir públicamente su opinión y asegurar que «ellos tienen derecho a opinar, yo tengo derecho a opinar”.
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