Vicio - Cortesía
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Hay situaciones extremas que disparan conductas inesperadas, incluso en personas que creen tener todo bajo control. Las cuarentenas establecidas para evitar la propagación del nuevo coronavirus han sido una de ellas.

Y un nuevo estudio hecha luz sobre el problema: cómo la pandemia, el encierro y el aislamiento han causado problemas de alcohol y vicio en muchos hogares. Y especialmente en las mujeres.

El trabajo, que se basó en una encuesta de RAND Corporation American Life Panel con más de 2,600 participantes, se publicó en JAMA Network Open,

Cuarentena y alcoholismo

Reveló que la frecuencia general de consumo de alcohol entre adultos de 30 a 80 años aumentó un 14% en comparación con 2019, con aumentos del 17% para las mujeres.

Una de cada 10 mujeres ha manifestado tener problemas con el alcohol al ritmo de la propagación de COVID y de la necesidad de cambiar rutinas y hábitos sociales.

Lsa cifras se dispararon especialmente a partir de marzo, cuando los casos de COVID comenzaron a aumentar de manera exponencial, y se establecieron las cuarentenas.

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Ahogar los miedos

La primera reacción cuando se anunció la recomendación de quedarnos en casa por el nuevo coronavirus fue comprar leche, huevos y papel higiénico. La segunda: armarnos de un bar en el hogar que pudiera competir con el mejor pub irlandés.

Una encuesta realizada por la agencia experta en investigación de mercados Nielsen, reflejó este impulso: reveló que las ventas de alcohol en los primeros días del distanciamiento social se dispararon de manera astronómica. Un 55% más que en el mismo período de 2019.

Por ejemplo en Pennsylvania, en donde el gobernador Tom Wolf consideró que las licorerías no eran necesarias y decidió cerrarlas, se vendió en la semana previa al cierre lo que se vende en seis meses.

Y un sitio de internet que comenzó a ofrecer envíos de botellas a domicilio colapsó debido a la alta demanda. Incluso algunos residentes de ese estado buscaron cruzar la frontera estatal y «escapar» a Delaware para comprar alcohol. La policía los hizo regresar a casa con las manos vacías.

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En otras partes del país, las licorerías permanecieron abiertas durante las cuarentenas y también registraron ventas récord.

Qué hacer con tanto alcohol? Por supuesto… tomarlo.

Un momento de estrés, miedos y preocupaciones que pueden convertir al consumo «no social» en un problema de salud mental.

Aunque expertos piensan que no habrá una ola de alcoholismo a causa de la pandemia, sí advierten que aquellos que han superado la adicción o que tienden a tomar de más (lo que en inglés se conoce como «binge drinking») deben cuidarse particularmente.

¿Cuándo el consumo de alcohol puede volverse adicción?
Generalmente, las personas toman en eventos sociales, como una forma de conectar con amigos y familia, para celebrar. Se conversa alrededor de una botella. O en casa, luego de una larga jornada de trabajo, para relajarse.

Al principio de la cuarentena se organizaron happy hours por Zoom o Skype, se brindó con amigos a distancia. Incluso cuando se comenzó a conducir menos no había que pensarlo dos veces.

Pero a medida que se acumularonn las semanas de encierro, lo que comenzó como una forma de relajarse pudo, para algunos, empezar a sentirse como un vicio difícil de evadir o controlar.

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