Además de las acusaciones por pedofilia que recaen sobre la memoria del fallecido Michael Jackson, el nombre del artista encabezó nuevamente los principales titulares de noticias, tras salir a la luz pública una entrevista que concedió su exesposa, Debbie Rowe, al desparecido periódico News of the World.
La australiana confesó que nunca mantuvo relaciones sexuales con Jackson, pues se sometió a una inseminación artificial para quedar embarazada de Paris y Prince.
“Me fecundaron. Tal y como se fecunda a las yeguas para que se reproduzcan. Fue algo muy técnico. Michael era un hombre divorciado, solitario y que quería tener hijos. Yo fui la que le dijo: ‘Yo tendré a tus hijos’. Le ofrecí mi vientre, fue un regalo. Fue algo que hice para que fuera feliz”, apuntó al referido diario en 2003.
“Michael lo hacía todo. Yo no me esforzaba por ser madre. No cambiaba pañales, no me levantaba en mitad de la noche. Incluso si yo estaba, Michael lo hacía todo”, continuó.
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Debbie Rowe y Michael Jackson se casaron en noviembre de 1996 en Sidney, Australia. Ambos se conocieron en el consultorio de dermatología del doctor Arnold Klein, donde Jackson recibía tratamiento y ella trabajaba como enfermera. Tres meses después de pasar por el altar, llegó al mundo Prince y, solo un año después, Paris.
Vale acotar que Rowe renunció a los derechos sobre los pequeños y aunque un tribunal desestimó esta apelación, la mujer llegó a un acuerdo con el “Rey del pop” para que se quedara con la custodia total de los niños.
“Son sus hijos, los tuve por él. No habrían nacido si no hubiera sido por mi amor por él. Lo hice para que se convirtiera en padre, no para convertirme yo en madre”, señaló.
