El verdadero origen de Halloween

Halloween - Cortesía

Faltan pocos días para que se celebre una de las noches más “terroríficas” del año, Halloween o la noche de brujas.

Cada 31 de octubre se celebra la noche en la que la línea entre los vivos y los muertos se difumina, un día en el que las calabazas, las telarañas, las historias de terror y los disfraces son los protagonistas.

“La palabra Halloween proviene de la expresión inglesa Allhallow-even usada por primera vez en el siglo XVI. Es la suma de Hallow, una forma en inglés que ya no se utiliza pero que hace referencia a los santos, y la palabra even tampoco se utiliza actualmente, pero se refiere al final del día, la víspera del día siguiente”, explicó Gaëlle Schaefer, directora de Hexagone (escuela de idiomas en Madrid, España).

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Halloween es una fiesta de origen pagano, se originó en la antigua cultura celta y hace referencia a la festividad de “Samhain”. En esta fecha, se celebraba el final de la temporada de cosechas y se consideraba el Año Nuevo celta. Según estas creencias, los antiguos celtas pensaban que durante esta noche se estrechaba la línea que une el mundo de los vivos con el mundo de los muertos, permitiendo a los espíritus pasar de un lado al otro de los dos mundos.

¿Por qué las personas se disfrazan en Halloween?

En la antigua cultura celta, se utilizaban máscaras para ahuyentar a los malos espíritus. Estas máscaras les permitían protegerse de ellos y evitar que traspasaran la línea que separa su mundo de este. En cambio, sí permitían pasar a los buenos espíritus.

Debido a ello, es que la noche de brujas tanto los niños como los adultos se disfrazan principalmente de monstruos, fantasmas, brujas o cualquier otra cosa que sea terrorífica.

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¿Por qué se colocan calabazas?

Otra de las costumbres de los celtas era vaciar hortalizas y colocar velas en su interior para ahuyentar a los malos espíritus. Después, los irlandeses que emigraron a Estados Unidos en el siglo XIX adoptaron esta tradición y aprovecharon el excedente de calabazas para hacer lo propio.

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