La Ruta Panamericana es una carretera que une a casi todos los países del continente americano, desde Alaska hasta Argentina. Sin embargo, hay un lugar donde esta vía se interrumpe: el Darién, una región de selva y pantano que se extiende entre Colombia y Panamá.
El Darién es una zona de gran riqueza natural y cultural, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981. Pero también es una zona de conflicto, pobreza y violencia, donde operan grupos armados ilegales, narcotraficantes y contrabandistas.
Para miles de migrantes que buscan una vida mejor en el Norte, el Darién es el único camino posible para cruzar de Suramérica a Centroamérica. Pero también es un camino lleno de peligros y dificultades, que puede convertirse en una pesadilla.
Según datos oficiales, más de 133.000 personas atravesaron el Darién en 2022 con fines migratorios. La mayoría provenían de países como Haití, Cuba y Venezuela, pero también había migrantes de otras regiones del mundo, como Europa, África y Asia. Solo en el primer semestre de 2023, se estima que cerca de 50.000 personas se aventuraron en la selva para llegar a Panamá.
El recorrido implica caminar más de 100 kilómetros por un terreno hostil, donde la vegetación es tan densa que impide ver el cielo. Los migrantes deben enfrentarse a múltiples amenazas, como las siguientes:
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Las mafias: Los grupos criminales que controlan el Darién aprovechan la vulnerabilidad de los migrantes para extorsionarlos, robarles, atacarlos o secuestrarlos. Algunos migrantes han denunciado casos de tortura, asesinato y desaparición de sus compañeros de viaje.
Las enfermedades y lesiones: El Darién es un foco de enfermedades tropicales, como la malaria y el dengue, que se transmiten por la picadura de mosquitos e insectos. Además, las condiciones climáticas y el esfuerzo físico pueden provocar deshidratación, fatiga, hipotermia, problemas respiratorios y cardíacos, entre otros. El consumo de agua contaminada también puede causar infecciones gastrointestinales. Las heridas, cortes, raspaduras y fracturas son frecuentes, debido a las caídas, los golpes y las mordeduras de animales. Muchos migrantes no tienen acceso a atención médica ni a medicamentos, lo que agrava su situación.
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Los animales: El Darién alberga una gran diversidad de fauna, que incluye especies únicas en el mundo. Sin embargo, algunos animales pueden representar un riesgo para los migrantes, como las serpientes, los alacranes, los jaguares, los pumas, los tigrillos, los cerdos salvajes, los zorros y los perros de monte. También hay arañas de gran tamaño y hormigas gigantes, llamadas congas, cuyo veneno puede causar inflamación, fiebre y diarrea.
La violencia sexual: La Cruz Roja de Panamá ha estimado que entre el 10 y el 15 por ciento de los migrantes que cruzan el Darién sufren algún tipo de violencia sexual durante el trayecto. La organización Médicos Sin Fronteras ha documentado hasta 400 casos de abusos sexuales contra migrantes en el Darién desde abril de 2021. Niños, adolescentes, mujeres y hombres son víctimas de esta violación de derechos humanos, que deja secuelas físicas y psicológicas.
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Los ríos: El Darién está atravesado por varios ríos, que complican el paso de los migrantes. Algunos de estos ríos tienen corrientes muy fuertes, que pueden arrastrar a las personas. Los migrantes suelen cruzarlos a pie o sujetándose a una cuerda. Un resbalón o un paso en falso puede ser fatal.
Estos son solo algunos de los obstáculos que enfrentan los migrantes que se atreven a cruzar el Darién, una selva que desafía su voluntad y su resistencia. Muchos de ellos no logran llegar al otro lado, y quedan atrapados en el llamado “infierno verde”.
