El rapero venezolano Tirone González conocido en el medio artístico como “Canserbero”, perdió la vida trágicamente el 19 de enero 2015. Inicialmente, se pensó que se trataba de un suicidio, pero con la reapertura del caso se confirmó que se trató de un asesinato.
A su vez, el criollo se labró una reputación icónica en el hip hop latinoamericano gracias a la combinación de sus letras y rimas que hablaban de la reflexión de una forma bastante agresiva. Canserbero se ganó un estatus en el género con sus dos aclamados Lps “Vida” (2010) y «Muerte» (2012), este último incluye la pista que titulada: “Jeremías 17:5” que hoy puede ser vista como una profecía o premonición de las circunstancias de su fallecimiento.
Sin embargo, no es la única que ha dejado interpretaciones de este hecho a lo largo de los años, es una de las que más se acerca. El nombre de esta canción remite al versículo bíblico que lleva escrito: “Mal… sea el hombre que confía en otro hombre”.
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Más adelante, fiel a su estilo directo, el artista plasmó unos versos que el público asoció con el conflicto que tuvo con Carlos Molnar, por el cual se consideró a Canserbero culpable de su muerte y posteriormente la razón de su suicidio.
“Esta canción no es para nadie que no tenga ganas de matar a alguien por falso y coñ… otra mano con puñal en mi dorsal. La mano de un tal carnal, hermano que mi mano solía estrechar” expresó en la estrofa.
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Otro verso más adelante, “Nunca había pensado que tu socio puede ser un sucio, que por un negocio te puede dar chuzo”, el cual se relacionó con la confesión de Natalia Améstica.
