Con 26 años, Beto Baralt ha participado en montajes venezolanos de gran importancia para la movida cultural, entre los que se cuentan A Todo Volumen, El Hombre de la Mancha y Diario de una Bruja Enamorada y ahora protagoniza el esperado show Los Miserables.
El joven asegura que el teatro musical tiene una magia única, que hace vibrar tanto al espectador como al artista, que busca hacer catarsis para desconectarse de la realidad y al final sentir el caluroso aplauso del público. “Siempre valdrá la pena apostar por el país en cualquier aspecto, mucho más en algo tan hermoso como lo es el teatro y la cultura que es un pilar fundamental en la sociedad”, enfatizó Baralt.
Ahora tiene el reto de encarnar a Jean Valjean, este complejo personaje dentro de Los Miserables. Se trata de un ex convicto que busca la redención tras cumplir diecinueve años en prisión por haber robado un trozo de pan. El rol, muchas veces interpretado en los circuitos teatrales más importantes de Londres, así como Broadway, le valió una nominación al Oscar a Hugh Jackman, protagonista de la versión cinematográfica de la obra en 2012.
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“El simple hecho de ser parte de un musical tan grande y con tanta historia a escala internacional como Los Miserables y hacerlo en tu país, en la situación en la que nos encontramos actualmente, prometiéndole al público que verán un espectáculo de la misma calidad de lo que se muestra afuera, es una responsabilidad enorme, es el reto más grande que he tenido en mi carrera.”, comenta el artista.
Sin embargo, para Beto, “Los Miserables” no es la cúspide, pues asegura que después de haber probado las mieles del teatro musical, sueña con pertenecer a montajes que también son referenciales como El Fantasma de la Ópera, Hércules o cualquier montaje de Disney, franquicia de la que es fanático.
Entre las voces conocidas que admira está la de Ricky Martin, Luis Miguel, Ricardo Montaner, Franco de Vita y David Bisbal. Beto es comprometido, deja el alma en cada ensayo y se afecta en cada escena, cada parlamento y en cada acción, sin duda se convierte en el convicto 23623 y sin miedo deja salir sus sentimientos, llevando al límite de las emociones a sus compañeros de elenco y producción.
