Un día como hoy nació ´œLa reina pepiada´? de Venezuela

Carmen Susana Duijm Zubillaga nació en Aragua estado Anzoátegui el 11 de agosto de 1936, falleció el pasado 18 de junio a causa de un evento cerebro vascular, pero quedará grabada por siempre en la memoria de todos, por dejar en alto el nombre de Venezuela en el mundo, al abrir paso a que el país se conozca como un paraíso de mujeres bellas.

Con Susan Duijm iniciaron los éxitos de las beldades criollas en el exterior, esto desde cuando en 1955 la esbelta morena, de cabellera larga, ojos café oscuros y 1,74 m de estatura, saliera a representar el tricolor en el Miss Universo que ese año se celebró en Long Beach, California, Estados Unidos, allí llegó a estar entre las 15 semifinalista; pero luego al viajar al Londres el 20 de octubre de 1955 conquistó el Miss Mundo, no solo para Venezuela, sino que para toda Hispanoamérica.

Duijim participó en distintos programas televisivos, así como en telenovelas, tanto de Venevisión como de RCTV, fue una reconocida locutora, quien desde hace dos décadas decidió instalarse en la “Perla del Caribe”, durante estos 20 años se mantuvo con el programa de radio «De tono a tono con Susana”, espacio que le permitió estar cerca de la audiencia y no perder vigencia.

Nuestra Miss Venezuela 1955, se casó con Martín del Calle Cerruti  en 1961 y se divorció en 1968. De esa relación tuvo a sus tres hijos, Marianella, José Martín y Carolina.

“La reina pepiada”

Es un homenaje a la eterna Miss Mundo, es una historia que pasó de un negocio familiar, a una insignia de la cultura gastronómica venezolana.

En 1955 Heriberto Álvarez y su familia nativa de Las Araujas, en el estado Trujillo, crearon una arepera, de las primeras en Caracas para la época. Cuando Susana Duijm ganó el Miss mundo ese año, decidieron vestir de reina a una de las niñas de la casa, que tenía apenas 12 años, y la sentaron en un trono para que la gente que iba al local la viera.

Por casualidad de la vida, pasó un señor y preguntó por qué tenían a esa niña allí, en tanto respondieron, que era un homenaje a la nueva soberana de la belleza, aquél hombre que cuestionaba dijo: “Soy el papá de Susana. Se las voy a traer para acá’.

Luego, un viernes en la noche, Susana y su papá visitaron la arepera y Heriberto explicó:  “Mire, esta tostadita se la preparó mi mamá especialmente y se va a llamar La Reina, así como lo es usted’, para aquél entonces a las mujeres de buenas curvas, así las llamaban  “pepiadas”, así que le dieron apellido a la arepa “La reina pepiada”.

 

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