Las predicciones del místico ruso Grigori Yefimovich Rasputín, quien tuvo una gran influencia en la dinastía Románov, han resurgido a más de un siglo después de su muerte. Al igual que el famoso Nostradamus, Rasputín tuvo visiones del futuro que muchos consideran inquietantes. Incluso hay teorías que sugieren que predijo su propia muerte, la caída de los zares, el declive de la Unión Soviética y hasta el fin del mundo.
Los historiadores aseguran que Rasputín anticipó el cambio climático mucho antes de que se comenzara a comprender su magnitud. Sus visiones incluyen incendios, sequías, la muerte de los bosques, enfermedades y muchos otros aspectos que los científicos hoy plantean como posibles consecuencias de la contaminación.
En una de sus visiones, el místico escribió: «El aire que hoy desciende a nuestros pulmones para llevar la vida, llevará un día la muerte. Y llegará el día en que no habrá montaña ni colina; no habrá mar ni lago que no sean envueltos por el hálito fétido de la muerte».
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«Y todos los hombres respirarán la muerte, y todos los hombres morirán a causa de los venenos suspendidos en el aire. Enfermarán las plantas y morirán una tras otra. Los bosques se convertirán en un enorme cementerio, y entre los árboles secos vagarán sin rumbo hombres aturdidos y envenenados por las lluvias venenosas», expresó.
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Aquellos que siguen a Rasputín interpretaron esta predicción como una potencial catástrofe global. En esta línea, expertos han sumado evidencia concluyente en un estudio que resalta la urgencia de tomar acciones rápidas y drásticas para evitar peores consecuencias. En definitiva, las visiones de Rasputín no solo son relevantes para la historia, sino que también son importantes para el futuro de nuestro planeta y nuestra supervivencia como especie.
