¡No lo vas a creer! Meryl Streep odia uno de sus personajes más taquilleros

Película 'El diablo se viste a la moda'

La súper estrella de Hollywood, Meryl Streep, confesó que uno de sus personajes más aclamados en la gran pantalla es, también, el que más odia en sus 53 años de carrera artística.

La intérprete que se ha metido en la piel de una diva, amante, presidenta, bruja, icono de la moda y hasta de primera ministra británica, declaró que uno de sus personajes la hacía sentir “miserable”.

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Ese papel no es otro que el Miranda Priestly, la tirana directora de la revista ‘Runway’ y jefa de Andrea Sachs, personificada por Anne Hathaway, en la popular cinta ‘El diablo viste a la moda’, que se estrenó en 2006.

Streep contó que al conocer Hathaway, le dijo “Soy Meryl y estoy muy contenta de trabajar contigo. Y eso es lo único amable que vas a escuchar de mi boca en esta película”.

Recuerdo que, a su coprotagonista en la cinta, aún le pone los vellos de punta “Me dio un gran abrazo y me dijo: ‘Por cierto, cariño, esta también es la última vez que soy amable contigo'».

Película ‘El diablo se viste a la moda’

Posteriormente, la tres veces ganadora de los Premios Oscar explicó que en esa ocasión trato de aplicar estrictamente ‘el método’ (Stanislawski), en el cual los actores no se salen del papel en ningún momento del rodaje.

Un método que ha impulsado a muchos actores, amado por unos y odiado por otros por lo peligroso que puede llegar a ser, como le pasó a Jim Carrey cuando personificó el papel de Andy Kaufman en ‘Man on the moon’. A Carrey le costó varios años en recuperarse.

Afortunadamente, Meryl Streep no llegó a esos extremos, pero aseveró que ‘no la pasó bien’ al tener que ‘aplicarle la ley hielo’ a sus compañeras de set, quienes eran tratadas por Miranda como ‘esclavas’.

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Destacó que lo más costoso de ese momento, era que el ambiente en el plató era ‘buena vibra’, en comparación a su comportamiento, “se la pasaba tan bien todo el tiempo, haciendo bromas, riendo y llevándose increíble. Menos yo”.

Añadió: “¡Fue horrible! Me sentía miserable cuando llegaba a mi caravana. Podía oírlos a todos riéndose. ¡Estaba tan deprimida! Y me dije: ‘¡Bueno, es el precio que pagas por ser jefa!’ ¡Esa es la última vez que intenté algo con ‘el método!”.

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