Aunque el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle estuvieron dispuestos a renunciar a sus títulos como duques de Sussex al desvincularse con la monarquía británica, éstos no quisieron que sus hijos lo perdieran, por lo que ahora pueden decir que ganaron la batalla.
«Los títulos de los niños son un derecho que les corresponde por nacimiento desde que su abuelo se convirtió en monarca. Este asunto se resolvió hace algún tiempo en concordancia con el palacio de Buckingham», recordó un portavoz de los duques de Sussex.
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Esto se sustenta en un decreto emitido por Jorge V en 1917 que deja por sentado que solo los hijos del monarca o los nietos por línea paterna pueden figurar como príncipes o princesas del Reino Unido. Es decir, con la coronación del rey Carlos III, tras la muerte de la reina Isabel II, Archie y Lilibet obtuvieron sus títulos automáticamente cuando su abuelo heredó el trono en septiembre de 2022.
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Por tanto, Harry y Meghan se refirieron a su hija como princesa cuando anunciaron que la pequeña de 21 meses había sido bautizada el pasado miércoles, en una íntima ceremonia que se llevó a cabo en su casa de California, EEUU.
Además, en la página web de la monarquía los niños aparecían como ‘Master Archie’ y ‘Miss Lilibet’ en la sexta y séptima posición de la lista de sucesión, pero hace horas lo modificaron y ahora los identificaron como príncipe y princesa de Sussex.
