Pon los pies sobre la tierra, pero no para que te despegues de tus fantasías o rompas tu nube de ilusiones, sino para que te conectes con la tierra y te llenes del suministro de energías que la superficie del planeta provee. Una práctica que podría aliviar el estrés y los dolores crónicos, además de entregar otros beneficios para la salud.
Diversas investigaciones científicas han revelado un factor de la naturaleza sorprendentemente positivo y que caminar descalzo ya sea sobre la grama, arena, piedra o tierra, podría beneficiar a la salud. Así como para aliviar dolores crónicos, mejorar el sueño o el sistema inmune, reducir el estrés y contribuye de manera importante en la función fisiológica.
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En los noventas, diferentes estudios científicos realizados alrededor del mundo a partir de estas creencias, sugirieron que la tierra afectaba positivamente la fisiología y la salud humana.
En la actualidad son escasas las veces que las personas tienen contacto real con la tierra, ya que viven con los pies cubiertos con materiales sintéticos. Esta es una práctica que ayuda a conectarse con el tiempo presente a través de una meditación tradicional o por medio de diferentes actividades, pero que se basa únicamente en mantener una conexión con las energías que entrega el planeta tierra.
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Expertos recomiendan caminar 30 minutos al día para mantener contacto con la tierra, realizar ejercicios o simplemente descansar en la superficie del suelo y esta práctica ayudará en el día a día.
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