En Afganistán se convirtió en una manera de subsistir vender uno de los órganos vitales, el riñón. Esta práctica se ha hecho común en la región de Herat, ciudad del oeste de Afganistán. Incluso, una localidad vecina se ha ganado el lamentable apodo del «pueblo con un solo riñón».
Desempleado y agobiado por las deudas, un ciudadano de esta localidad, Nooruddin no le quedó otra opción para alimentar a su familia que vender uno de sus riñones, igual que muchos otros afganos.
«No me quedaba otra opción. Debía hacerlo por el porvenir de mis hijos», dijo en una entrevista a la agencia de noticias francesa AFP, Nooruddin, vecino del barrio más pobre de Herat, cercana a la frontera con Irán.
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Nooruddin de 32 años edad, fue afectado duramente por la crisis luego de abandonar su empleo de operario en una fábrica, coincidiendo con el regreso talibán al poder. Su salario mensual se redujo a 3.000 afganis (32 dólares). Sin embargo, esperaba encontrar un empleo mejor, pero fue imposible.
La solución a corto plazo de vender uno de sus riñones solo le generó el dinero, que se fue rápidamente, pero le causó duras consecuencias. «Ahora me arrepiento. No puedo trabajar. Siento dolores y no puedo casi levantar peso», agregó el afgano.
Tras el regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021, Afganistán se ha visto sumergido en una profunda crisis económica, la cual empeoró la situación humanitaria existente.
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