Pasaron 26 años desde el trágico fallecimiento de Diana de Gales o Lady Di y es evidente que el transcurso del tiempo no logró borrar el recuerdo de la emblemática princesa.
Tras grandes hitos en la corona británica los últimos meses, con eventos como la coronación de Carlos III como rey y el lamentable deceso de la Reina Isabel II; en ambos casos, el nombre de Diana resuena con fuerza entre los habitantes británicos.
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La madre del actual príncipe de Gales falleció a los 36 años en el hospital Pitié-Salpêtrière tras el accidente de tráfico del puente del Alma de París el 31 de agosto de 1997, en el que también murieron Dodi Al Fayed y el conductor del vehículo, Henri Paul.
La temprana muerte de la princesa, que se había convertido en la mujer más famosa y más admirada del mundo, acabó por elevarla a leyenda y su figura sigue siendo un icono más de un cuarto de siglo después.
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La inesperada muerte transformó a Diana Spencer en un mito. Dotada de belleza, elegancia, dulzura y sofisticación, además de un profundo compromiso solidario, se destacó sobre todo como una madre entregada que se esforzó incansablemente por la felicidad de sus dos hijos.
A pesar de su infortunio en el amor y de la traición de su esposo, el Príncipe de Gales, quien la engañó con Camilla Parker Bowles, Diana ganó la simpatía de todos, quedando sumida en una tristeza que dejó una marca indeleble en sus ojos.
