Wisin vivió un conmovedor momento cuando acudió al programa de “Don Francisco te invita”, y confesó detalles íntimos de su vida, el puertorriqueño aseguró que antes de ser cantante había cuidado gallos, “En Puerto Rico las peleas de gallos son muy populares. Es un deporte que mucha gente hace al principio lo que hacía era eso, cuidar gallos y me buscaba el peso de una forma o de otra. Había que comer, había que trabajar” señaló.
El cantante también reveló que trabajó en un restaurante y lavaba carros. Cuando le preguntaron acerca de la muerte de su hija Victoria, Wisin no pudo contener el llanto y dijo que a pesar de que han pasado ocho meses de la pérdida le sigue doliendo.
“Wow, es un capítulo en mi vida que jamás pensé pasar. Cuando te toca tan de cerca a nivel personal, es un golpe bajo. Muchas cosas pasaron por mi mente. A veces pensamos que podemos tener el control y que el dinero puede comprar todo y no es así. Estamos confundidos”, confesó. “Más importante es aprovechar el tiempo con la gente que amas. Después de esta pérdida he entendido que necesitaba pasar tiempo con mis hijos” añadió.
Sin embargo, el reggaetonero ha tenido muy buena actitud y aunque aseveró que pensaba que no podría con esto, lo logró “Es una pérdida muy difícil pero lo he sabido sobrellevar. Todo el que tiene hijos sabe que tener hijos y que el amor que uno tiene por los hijos es sobrenatural”, dijo. “Es muy difícil pero Dios es perfecto y yo creo que nada pasa por casualidad. He podido levantarme”.
Wisin agradeció a su esposa por el apoyo que le ha brindado “En el año 2008 me casé con una mujer maravillosa, una mujer que me ha demostrado que es una guerrera en muchos aspectos. Es la madre de mis hijos. Me siento feliz. Esa alegría que tengo cuando llego a mi casa se la debo a ella y a mis hijos, es una bendición”
Asimismo refirió el momento de la muerte de su hija con lágrimas en los ojos “Pensé que en el parto Victoria iba a morir, eso era lo que todos diagnosticaban y no fue así, pero también estaba esa incertidumbre de cuándo va a fallecer. Salía del país con ese miedo de recibir esa llamada cuando sonaba el teléfono y era mi señora. Decía: Señor que no me diga que Victoria murió, pero a los 30 días lamentablemente pasó. Estábamos en Puerto Rico. Pude estar ahí en ese momento y afrontarlo con valentía, gracias a Dios”.
