Venezuela y el mundo reaccionaron con profunda tristeza a la muerte de Carlos Cruz Diez, uno de los llamados padres del arte cinético. Tras confirmarse el deceso del artista caraqueño, las redes sociales se inundaron de mensajes reconociendo su impacto en el arte y su calidad como ser humano.

“Otra mala noticia para el país: el fallecimiento de Carlos Cruz Diez. Nadie supo entender el misterio del color como él. Es uno de los grandes de nuestra historia. Su obra venció a la muerte hace ya muchos años. ¡Mi reverencia, maestro!”, manifestó en Twitter el escritor Leonardo Padrón, mientras el periodista Nelson Bocaranda comentó en la misma red social: “Lamentable. Gran pérdida global. Nuestro muy querido Carlos Cruz Diez subió al cielo desde Paris. Un gran artista y mejor venezolano. Lo extrañaremos con su bonhomía, dulzura, risas y su creatividad inmensa. Oraciones por él y su bella familia. El Creador recibe a un gran creador”.

La presentadora Érika de la Vega, por su parte, expresó: “Gracias #CruzDiez por la obra que le regalaste a Venezuela y al mundo. Nos sentiremos para siempre orgullosos cada vez que estemos ante una de ellas. Cariños a la familia. QEPD”.

“Hasta siempre, maestro. Gracias por dejar en alto el nombre de Venezuela”, escribió el comunicador Sergio Novelli, al tiempo que el basquetbolista Greivis Vásquez manifestó estar “muy triste por el fallecimiento del maestro”, agregando además. “gracias por representar a través de cada una de sus obras lo mejor de los venezolanos”.

La caricaturista Rayma, igualmente manifestó por la partida del maestro venezolano:

Una vida a todo color

Carlos Cruz Diez confesó en varias entrevistas que desde niño quiso ser pintor. “Me ganaba la vida como podía para financiar mi libertad artística”, comentó sobre lo claro que tenía su objetivo en uno de esos encuentros.

Pionero del arte cinético, del que fue considerado uno de sus máximos representantes en el mundo, realizó investigaciones clave sobre el color que aportaron una nueva comprensión del fenómeno cromático.

Su muerte ha dejado un enorme vacío en el mundo del arte, especialmente en Venezuela, su país natal, en donde conformó con Alejandro Otero y Jesús Soto, una de las grandes tríadas artísticas de la historia.

Su legado lo mantendrá vivo en los amantes del arte en el mundo, y en todo aquel que sepa apreciar la magia del color.

Cruz Diez nació en Caracas, el 17 de agosto de 1923, en la parroquia La Pastora. Según se dice, su fascinación con el color comenzó en su niñez a raíz de una fábrica de botellas que montó su padre, en donde descubrió el reflejo de la luz y el color gracias al impacto del sol en las vidrieras.

Estudió en el Colegio Atenas, en el Liceo Andrés Bello y en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas. De este último instituto, en donde recibió clases de destacados maestros como Marcos Castillo, Luis Alfredo López y Juan Vicente Fabbiani, recibió el diploma de profesor de Artes Aplicadas.

Ya para ese momento colaboraba con viñetas humorísticas para el diario La Esfera y la revista infantil Tricolor, aunque en ese entonces su pintura se centraba en el realismo social.

A París, Francia, ciudad donde desarrollaría la mayor parte de su trabajo y en donde viviría hasta su muerte, ocurrida este sábado 27 de julio de 2019, llegó en los años 40, en búsqueda de información sobre el arte y el pensamiento renovado. Ya en ese momento se había alejado del dibujo y buscaba pintar de una manera diferente.

Allí se enfrenta directamente a su fascinación con el color. Sus investigaciones en ese tema lo llevaron a proponer el color como una entidad autónoma que se realiza en el tiempo y en el espacio sin necesidad de soporte. De esta manera, centró su trabajo en la disociación del binomio forma-color con la intención de liberar al primero de la forma.

“Me di cuenta de que el color es una situación y no una circunstancia, no una verdad absoluta como se pensaba. Y de que esta circunstancia va cambiando”, le confesó a la periodista Paula Achiaga.

En más de 70 años de carrera, realizó además más de cien integraciones en el arte en el espacio público, y sus obras forman parte de las colecciones permanentes de los museos más importantes del orbe.

Además de eso, fundó tres talleres de arte en Caracas, Paris y Panamá, creo la Cruz Diez Foundation.

Entre sus múltiples premios y condecoraciones, destacan los doctorados Honoris Causa de la Universidad de Mérida y la Universidad Simón Bolívar, al Medalla Páez de las Artes y la Ordre National de la Légion d’Honneur, grado oficial, uno de los máximos reconocimientos en Francia.

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