Tras su triunfo en los Oscar 2020, el film surcoreano Parásitos (Parasite) se consolida como uno de los grandes fenómenos cinematográficos de los últimos tiempos en la industria del cine.

La cinta de Bong Joon-ho, que ya había sido galardonada con premios como la Palma de Oro del Festival del Cannes, el SAG y el Globo de Oro y el Bafta, entre otros, se llevó el pasado 9 de febrero cuatro premios Oscar, incluido el más importante: Mejor película, convirtiéndose así en la primera producción de habla no inglesa en conseguir tal hazaña.

Pero ese no es su único récord. Además de eso, es la primera película de Corea del Sur en ganar un premio de la Academia y la primera ganadora de la Palma de Oro en ganar como Mejor película en el Oscar.

En clave de comedia negra, Parásitos se centra en la relación simbiótica de dos familias de estratos socioeconómicos muy diferentes.  Ki-taek (Kang-ho Song) es el patriarca de una familia pobre que vive en un sótano de Seúl, pagando las facturas a base de trabajos precarios y robando el wi-fi de los vecinos.

Su situación cambia un día en el que su hijo Gi Woo (Choi Woo-sik) logra que le recomienden para dar clases particulares de inglés en casa de los glamorosos y acaudalados Park.

Valiéndose de su ingenio, el joven conseguirá ganarse la confianza de la señora de la casa (Lee Seon-gyun), obasesionada con el supuesto don artístico de su hijo, algo lo que le permite ir introduciendo al resto de sus familiares en distintos trabajos del servicio doméstico.

A partir de allí el público se introduce en un laberinto sorpresas, giros y protagonistas nada convencionales, una dinámica que explora los abismos sociales y deja al descubierto cómo todos sus personajes son de alguna forma parásitos: los kim por aprovecharse la ingenuidad de sus millonarios jefes, y los Park por su dependencia absoluta de sus empleados otros para las tareas más simples.

Parásitos también destaca una propuesta narrativa elegante e inteligente, potenciada por elegantes y precisos movimientos de cámara y una lograda y eficiente puesta en escena.

La película se estrenó la semana pasada en las salas nacionales, tras las gestiones de la actriz y productora Elaiza Gil para adquirir sus derechos de distribución.

Duración: 2 horas y 15 minutos.

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