Un grupo de guarda costeros realizaban su rutina de vigilancia habitual, cuando decidieron que el clima era perfecto para tomarse un baño. Sin embargo, todo se volvió una pesadilla, al percatarse de que un tiburón salió a la superficie y pretendía atacarlos.
Los gritos de desesperación de la tripulación, que se encontraba a bordo del buque de vigilancia, alertaron a los bañistas de la presencia del depredador. Seguidamente, el oficial marítimo rápidamente comenzó a accionar su arma de fuego en contra del marrajo.
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Rápidamente los guardas comenzaron a señalar la ubicación del tiburón, con la esperanza de que pudiera ser frenado evitando que llegara a atacar alguna de las personas que se encontraban en el agua.
Al ver que el escualo no retrocedía, un pequeño barco se acercó velozmente para ayudar a los bañistas a retirarse del mar. De manera desesperada, todos comenzaron a subirse a la embarcación para salvar sus vidas.
Para finalizar, los tripulantes del buque confirmaron, que no creen que el animal haya salido herido, resaltaron que su intención era solo mantenerlo lejos de sus compañeros, y no hacer ningún tipo de daño.
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