La población de San Francisco de Yare en Venezuela fue testigo de la emblemática manifestación cultural y religiosa de los Diablos Danzantes, como cada jueves de Corpus Christi. Desde temprano, cientos de personas se apostaban en los alrededores de la Plaza Bolívar a la espera de la Santa Misa, y con ella el decreto de elevación de la parroquia San Francisco de Paula a Santuario Eucarístico Diocesano. Esto representa un hecho inédito para la población tuyera, puesto que, desde este jueves, Yare alberga el primer recinto religioso de este tipo en la región y celebra 274 años de tradición.
La histórica Eucaristía estuvo presidida por el Cardenal Baltazar Porras, en compañía del Obispo de la Diócesis de Los Teques, Freddy Fuenmayor, y por demás sacerdotes y laicos comprometidos de los Valles del Tuy. Los Diablos Danzantes de Yare son reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Su origen se remonta al siglo XIII y ostenta el título, además, de la hermandad más antigua del continente americano.
Los promeseros bailan al ritmo del repique de la “caja”, un tambor típico de la zona. Sus vestiduras son de un tono rojo vibrante y sus máscaras coloridas, las cuales se elaboran de acuerdo a un orden jerárquico. Quienes se disponen a participar en el baile también utilizan una cruz de palma bendita en sus trajes en forma de protección, debido a que piensan que al representar al mal durante la danza, se encuentran bajo el acecho de entidades malignas.
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Los Diablos danzan por las calles de San Francisco de Yare para finalmente postrarse ante el Santísimo Sacramento en muestra de respeto. La celebración culmina al caer la tarde con el repique de campanas de la iglesia, cuando la hermandad se dispersa hasta el año siguiente, tiempo en el cual volverán a representar el rito donde prevalece el bien sobre el mal.
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La elevación de la parroquia a Santuario Eucarístico Diocesano es un hito histórico para la región y una muestra más de la importancia cultural y religiosa de la celebración de los Diablos Danzantes. La combinación de tradición, fe y cultura hacen de esta manifestación una de las más representativas de Venezuela y un legado invaluable para las futuras generaciones.
