El actor británico Liam Neeson pidió más apoyo y atención a los migrantes que huyen del país, tras haber visitado la frontera con Brasil y percatarse de la situación que se vive allí.
El protagonista de diversas películas de acción también de desempeña como embajador de buena voluntad de la Unicef, por lo que viajó hasta la frontera de Brasil con Venezuela para percatarse de las necesidades que están sufriendo los migrantes tanto de salud como jurídica para tramitar sus documentos.
Neeson de 67 años de edad visitó durante cuatro días la zona de Pacaraima, la principal entrada de los venezolanos a Brasil, donde compartió con muchas familias y verificó la situación que viven la mayoría de ellos, entre los que se encuentran muchos adolescentes y niños.
«He hablado con familias venezolanas que cruzaron la frontera, muchas de ellas con niños y bebés… Están exhaustos, son vulnerables y siguen en estado de shock tras dejar todo detrás de ellos. Como padre, se me rompió el corazón cuando escuché sus historias. Pero también vi esperanza en los ojos de los niños migrantes y refugiados que están aprovechando todas las oportunidades para aprender en un ambiente seguro, crecer sanos y, finalmente, reconstruir sus vidas en Brasil”, comentó el actor.
Liam Neeson, Embajador de Buena Voluntad de @UNICEF, visitó la región fronteriza brasileña con #Venezuela, donde se reunió con niños, niñas, adolescentes y familias venezolanas vulnerables, así como de las comunidades de acogida.#AnteTodoSonNiños?https://t.co/8scGbiUT5v pic.twitter.com/GP54TWix4m
— UNICEF Latin America (@uniceflac) 10 de enero de 2020
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Además participó en varias actividades recreativas con los jóvenes en situación de vulnerabilidad, por quienes abogó en su discurso al finalizar su visita. Cabe destacar que este año la Unicef hizo un llamado para apoyar a los niños y adolescentes afectados por la migración venezolana, que viven situaciones precarias en las fronteras.
“Durante mi visita a Brasil, vi el poder de los venezolanos y brasileños cuando se reúnen y viven juntos. Me recordó mi experiencia durante el conflicto en Irlanda del Norte cuando presencié a niños católicos y protestantes que se hicieron amigos y rompieron la barrera del miedo y la incomprensión. Estos recuerdos me vinieron a la mente cuando escuchaba a Jesús y Emily. Su amistad es una señal de esperanza para el futuro de los refugiados venezolanos y de las comunidades que los albergan”.
