El actor Leonardo DiCaprio desde que protagonizó en el 2006 la película Diamante de Sangre, un filme bélico que muestra los abusos que viven los niños detrás de la extracción de diamantes en Sierra Leona, en medio de una guerra civil, causó que el intérprete se sintiera repugnado por la producción de diamantes en África en condiciones de semiesclavitud para financiar conflictos armados, por lo que decidió invertir, una década después en el año 2015, en “Diamond Foundry”, una empresa de Silicon Valley que produce la gema de manera sintética.
La empresa establecerá su primera factoría europea para la fabricación de diamantes artificiales, en Extremadura, una región española.
DiCaprio es un importante activista en favor del medio ambiente, que lleva colaborando con esta empresa desde el mencionado año y está orgulloso de invertir en la misma, una compañía que reduce los costes humanos y medioambientales mediante el cultivo de diamantes sostenibles.
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Con la figura de Leonardo como asesor e inversor, “Diamond Foundry” se aleja de los procesos naturales para la obtención de gemas preciosas. En solo diez semanas, y a través de energías renovables, se consiguen estos diamantes que después se usan para joyería, así como para diferentes sectores tecnológicos.
“Diamond Foundry” creará alrededor de 300 empleos directos, lo que repercutirá muy favorablemente en la economía extremeña. Sin embargo, se estima que a pleno rendimiento la fábrica llegaría a dar empleo a 650 trabajadores, una elevada cifra.
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