La misteriosa Isla de las muñecas se ubica después de los canales de Xochimilco, conocidos por sus aguas negras, repletas de plagas y basura.
Tras ser considerada esta última ubicación como atractivo turístico obligado en la Ciudad de México, declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por parte de la UNESCO, diferentes personas deciden emprender un viaje hacia los canales de Xochimilco.
Además, de su particularidad característica, el sitio turístico sirve como vía de acceso a distintas «islas que son escenarios de extraño mitos».
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Con respecto a La misteriosa Isla de las muñecas, la historia señala que un hombre llamado Julián Santana se encargó de adornar el bosque con muchas muñecas tenebrosas en 1950. La decoración terminó siendo tan tétrica, que nadie se atrevió a quitarla desde entonces.
Según detalló La Nación, «Santana vivía en el Barrio La Asunción y solía recorrer los bares de la zona al finalizar su jornada laboral como vendedor de hortalizas. En aquellos años, se lo podía ver juntando muñecas por la ciudad, pero nadie sabía de dónde provenía su interés ni con qué finalidad buscaba esos juguetes. Al poco tiempo de haber comenzado con su extraño hobby, y tras unos años de ser propietario de la isla, don Julián terminó instalándose definitivamente en el lugar».
Uno de los relatos que explicaría el concepto de las muñecas colgadas a los largo y ancho del territorio, se debe a que supuestamente Santana encontró a una niña ahogada en la orilla del río tras enredarse con los lirios del canal.
Desde entonces, el hombre Santana habría presuntamente afirmó que vivió experiencias inexplicables en las inmediaciones de su territorio. No obstante, actualmente se desconocen con exactitud los detalles de los supuestos fenómenos.
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