El rey Juan Carlos I acapara los titulares de los medios más importante del cono europeo y americano; luego de que se hiciera de conocimiento su público su mudanza de España a otra nación aún no descrita, tras no aguantar la presión de los medios por el escándalo que lo envuelve desde hace dos años.
A través de un comunicado de la Casa de el Rey a su hijo Felipe, se supo que fue una decisión meditada por el emérito, para que el presidente español tuviese un mandato sin repercusiones por polémicas de este tipo, asegura el escrito.
“Con el mismo afán de servicio a España que inspiró, ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados; he tomado la meditada decisión”, dice parte del comunicado del monarca.
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Fuentes cercanas a la corona, aseguran que esta carta se habría hecho pública, tiempo después que Juan Carlos habría abandonado el Palacio de Zarzuela; lugar en el que habitó desde hace 58 años.
En los escritos, el emérito asegura que este paso fue aprobado por su hijo, quien según sus palabras, le muestra “sentido respeto y agradecimiento” al respecto.
“He sido Rey de España durante 40 años y durante todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona”, continúa.
Para quienes no lo saben o podrían especularlo, la mudanza del nobiliario honorífico no implica evasión de la justicia; es decir, igual deberá enfrentar a la Fiscalía del Tribunal Supremo español y también la de Suiza, quienes investigan actualmente sus cuentas bancarias en el extranjero.
Así lo asegura su abogado, Javier Sánchez-Junco: “Permanece a disposición en todo momento del Ministerio Fiscal para cualquier trámite o actuación que se considere oportuna”.
Sobre el caso
Fue en 2018 cuando todo este torbellino salpicó al Rey, luego de que el fiscal Yves Bertossa enviara a la policía Suiza a investigar la gestora de fondos del administrador de fortunas Arturo Fasana. Donde consiguieron dos fundaciones con cuentas en dicho país europeo; una de ellas de un primo lejano de don Juan Carlos, en la que habían registros de pagos de vuelos privados para el emérito y Corinna Larsen.
Así mismo, la otra organización sin fines de lucro, la panameña Lucum, en la que aparecían como primeros beneficiarios, Juan Carlos I y su hijo Felipe VI.
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