A casi dos semanas de la muerte de su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, la reina Isabel II cumple este 21 de abril 95 años de edad.
Durante la ceremonia fúnebre que honró la memoria del duque y que se llevó a cabo el pasado 17 de abril, la monarca de Inglaterra quedó retratada en una fotografía que marcó la nueva vida que ahora lleva sin su pareja.
Pero más allá de la partida física de nonagenario, la royal también ha enfrentado grandes inconvenientes familiares, que aunque no lo ha revelado abiertamente a la prensa, indudablemente le ha afectado.
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Por ejemplo, uno de los problemas que ha tenido en su clan, fue el retiro definitivo de su nieto, el príncipe Harry, quien junto a su esposa Meghan Harry ratificaron desprenderse por completo de la monarquía el pasado mes de febrero.
En consecuencia, Isabel II se pronunció al respecto a través de un comunicado en el que confirmó que los duques de Sussex no volverían a representar a la familia real. Además, una fuente real de alto rango dijo que la reina y su familia estaban «profundamente decepcionados».
El último golpe de Harry contra la reina
Por su parte, un informante del palacio le aseguró al Daily Mail que “el nivel de engaño ha sido asombroso y todos, desde la cabeza de la casa real hasta la base, sienten que han sido apuñalados por la espalda». Cabe recordar, que desde siempre los medios británicos señalan a Harry como el nieto preferido de la reina.
De manera que las últimas decisiones de Harry posiblemente han afectado de gran forma a la monarca.
Por si fuera poco, las declaraciones del hijo menor de Lady Di, que dio con la actriz retirada en la entrevista con Oprah Winfrey, también habría perturbado a la reina, ya que ambos aseguraron que la estadounidense fue víctima del racismo en el palacio.
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