Cristo del Buen Viaje - Cortesía
Cristo del Buen Viaje - Cortesía

Todos los 3 de mayo, en Pampatar, estado Nueva Esparta, se celebra la fiesta en honor a su patrono el Cristo del Buen Viaje. Adorado por sus milagros, «El Viejo”, como lo llaman cariñosamente sus fieles, de acuerdo con las leyendas más populares de la isla de Margarita; se trata de una imagen que iba a ser transportada en una embarcación rumbo a Santo Domingo, pero esta no pudo zarpar de Pampatar a causa del mal tiempo.

Frente a estas circunstancias, los tripulantes revisaron la carga y dejaron en la playa la imagen. Dicen que en ese momento, el tiempo mejoró y los tripulantes del Bergantín Santa Lucia pudieron continuar su recorrido.

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El Cristo fue llevado a una capilla que era visitada por los pescadores diariamente para encomendarse antes de comenzar su faena.  Así se propagó su fé y devoción.

Aprovecha estos días para pedirle su intermediación en la solución de esa situación que viene afectando tu vida. Invoca tu proyección, orientación y resguardo con este sencillo ritual de purificación y liberación.

Materiales

  • 3 flores de diferentes colores.
  • Una botella de agua bendita.
  • Una botella pequeña de Agua Florida.
  • Una vela Blanca.
  • Imagen del Cristo del Buen Viaje.

Preparación

Junta todos  los ingredientes y báñate en tres oportunidades, pidiendo al Cristo del Buen Viaje la protección y el acompañamiento en este momento de tu vida. Luego enciende la vela y coloca las flores en la sala de tu casa para que todo se llene de energías positivas, paz y fortaleza.

Reza durante tres días la siguiente oración: ¡Oh! Santísimo Cristo del “Buen Viaje” mi amparo, mi guía y mi consuelo en toda tribulación, a ti acudo para depositar en tu pecho, traspasado y abierto, todas las penas que en el mío se encierran. Apiádate de mí, Cristo adorado.

Tú eres mi única esperanza en medio de las penas y angustias que me afligen el alma. Espero Señor, que así como en vida tu corazón se conmovía ante el dolor, así ahora te pido te apiades de mí y me consueles compasivo, en mi aflicción. Tú tienes los oídos abiertos para escuchar las voces de quien te invoca, los pies listos para acudir en ayuda de quien te implora, tus brazos abiertos para recibir a quien pida acuda.

Recíbeme en tus brazos, escucha mi humilde súplica, y ábreme tu pecho, Oh Cristo del “Buen Viaje”, para confiarte todas las penas que atormentan el mío. Déjame reposar como Juan en el Cenáculo, mi cabeza sobre tu corazón amoroso; para decirte en silencio la gracia que necesito de ti y la petición que quiero hacerte para mi mayor bien espiritual y temporal, suplicándole, al mismo tiempo, inflames mi corazón en tu santo amor a fin de que yo viva siempre en ti, en ti siempre me inspire y de ti nunca me aparte. Amén.

Finalizar con un credo y cinco glorias, que representan las cinco llagas de Nuestro Señor Jesucristo. Lleva la estampita en tu cartera como expresión de tu fe en el Cristo del Buen Viaje. Amén.

Por: Eleodina Ramírez Araos

Periodista Astróloga

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