Las tribunas misséricas andan ardidas y algunas incluso, han manifestado «traición» de la quinta morada a la comunidad fanática del Miss Venezuela, ¿y esto por qué? Resulta que, supuestamente, la corona con la que nombraron a Alejandra Conde (Aragua) Miss World Venezuela 2020, sería una creación del reconocido orfebre George Wittels, y de eso el comité no dijo ni pío.
Pero esto no queda aquí, de acuerdo a varias cuentas de missológos, la joya en cuestión data de una antigüedad de 16 años, ¡por los clavos de Cristo!, según esta gente, se trata de un «simple» accesorio que llevaría la barquisimetana Ana Karina Añez en 2004 a Ecuador, cuando fue al Miss Universo.
Sin embargo en su momento, presuntamente, Osmel Sousa (presidente de la organización) decidió no montarle dicha pieza al tarantín que llevaba la Añez como traje típico, al país del sur y quedó engavetada. Es así como varios años después, el nuevo comité (Nina Sicilia, Jaqueline Aguilera, María Gabriela Isler) habría decidido darle vida con cierto envenenamiento y refrescar su imagen con otra persona que no fue su mismo creador.
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Otra que también usaría una tiara del mismo creador, sería la nueva Miss International Venezuela, Isbel Parra (Región Guayana), prenda de la que tampoco dijeron que era del presidente del Miss Grand Venezuela.
Peeero, ni el George, ni ninguna de la fulana directiva del templete se ha pronunciado en torno a este escandalazo, y nos preguntamos ¿por qué tanto misterio? ¿Qué hay en decir que es un accesorio del afamado joyero?
Es probable que todo este misterio que terminó en polémica, trascienda porque para ningún seguidor del certamen es secreto que a raíz del cambio de gestión de la citada organización, quisieron barrer todo lo que fue la recordada «era Osmel», y el Wittels fue el hacedor de coronas por excelencia para infinidades de ediciones del descrito concurso, cuando el cubano era el mandamás en la añorada quinta rosada.
Y como en Revista Ronda siempre vamos a la fuente, ya los implicados en el meollo fueron consultados, pero los intentos han sido fallidos y ninguno ha querido decirnos ni «hola». ¿Qué traman? ¿Quién queda mal?
Te dejamos las piezas en cuestión en este fragmento.
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