Durante la campaña para promover la Asamblea Nacional Constituyente la dirigencia oficialista recibió reclamos de cantautores venezolanos y extranjeros por haber versionado sus canciones sin ningún tipo de permiso de autor.
Uno de los casos más ruidosos aconteció con el pegajoso tema “Despacito”, interpretado por Luis Fonsi y Daddy Yankee, quienes expresaron su molestia porque el gobierno de Nicolás Maduro usara su sencillo como bandera política.
“Mi música es para todos aquellos que quieran escucharla y disfrutarla, no para usarla como propaganda que intenta manipular la voluntad de un pueblo que está pidiendo a gritos libertad y un mejor futuro”, escribió Fonsi a través de sus redes sociales en aquel momento. Pese a los llamados de atención, el oficialismo hizo caso omiso y siguió utilizando la canción como propaganda.
Ejemplo que ahora sigue Rafael Lacava, candidato a la gobernación del Estado Carabobo, al versionar para su campaña política la canción “Me rehúso”, autoría del interprete criollo Danny Ocean, quien escribió la letra como un “hasta pronto” para su novia, al verse obligado a emigrar del país por la dura situación que se vive.
