Sin duda alguna el castillo preferido de la fallecida reina Isabel II es el de Balmoral, que se construyó en 1390, pues la familia real británica tuvo que esperar más de 500 años para hacerse dueño de dicha infraestructura.
En 1842, la reina Victoria, visitó por primera vez el castillo en el otoño con la compañia de su esposo, príncipe Alberto.
Asimismo, luego de varios siglos se convirtió en una finca que cuenta con más de 150 edificios y es catalogada como una de las arquitecturas más bellas y fascinante de todos los tiempos.
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Balmoral, fue diseñado por los escoceses John y William Smith, equipo que se conformaban por un padre su hijo quienes elaboraron los planos alrededor de 1852, por su parte, Isabel II, decidia disfrutar de sus vacaciones de verano en conjunto a su familia en dicho castillo.
«Es una base encantadora para la abuela y el abuelo, para que podamos ir a verlos allí, donde sólo tienes espacio para respirar y correr», expresó la princesa Eugenia.
No obstante, la reina afirmaba que era un lugar perfecto, pues podia disfrutar de su deporte favorito que era todo lo referente a los caballos y era un refugio privado donde la familia podía pasear al aire libre.
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