La actriz Angélica Rivera nuevamente se encuentra en el ojo del huracán luego que el columnista de EL UNIVERSAL de México, Salvador García Soto, revelara que la intérprete utilizó un empresa fantasma junto con su hermana, Adriana Rivera, en la que desmantelaron dos millones de pesos.
El hecho habría ocurrido durante el mandato presidencial de su exesposo Enrique Peña Nieto; casi dos años de haber terminado su administración continúan apareciendo nombres que estarían involucrados de los señalamientos de corrupción que recibe el expresidente.
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“Angélica Rivera ni siquiera tuvo que crear una empresa propia ni darla de alta en Hacienda. A través de la empresa Actidea, S.A de C.V., especializada en la organización de eventos y que existía desde 2005, su hermana Adriana Rivera operaba para que los socios de esa compañía aparecieran como los contratistas y cobraran los pagos del erario federal que compartían con las hermanas Rivera”, aseguró García Soto.
De manera que, la protagonista de Destilando Amor y su pariente cobrarían sumas millonarias del capital de Estado a través de documentos legales; otorgados por el gobierno mexicano a una compañía inexistente.
Salvador precisó que la empresa, perteneciente a Eduardo Gama y de Alfredo Gatica (yerno del exmandatario Carlos Salinas de Gortari), tuvo la exclusividad de planear dichos eventos en la era de Peña Nieto, así como también los de la Secretaría de Hacienda, y otras instituciones públicas. Posteriormente las ganancias de los actos se competirían con la familia Rivera.
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