Ana María Simón se defiende en Instagram

 

Por: Julimar Herrera @revistaronda

La actriz y animadora Ana María Simón expresó su descontento en su cuenta de Instagram, hacia todas las personas que diariamente se dedican a criticar y juzgar la vida de ella y demás artistas del medio.

«Quiero publicar este post porque mi sentido común me dice que la grandísima mayoría de personas que están siguiendo esta cuenta son gente educada, decente, tolerante y respetuosa y a ellas no les debo, pero sí les quiero dar una explicación. 

Decido hacerlo porque si logro que uno de ustedes, aunque sea uno, se lleve de forma positiva algo de lo que estoy diciendo, pues me sentiré satisfecha por mí y por mi gremio. 
No voy a apelar a la ironía, al sarcasmo ni al humor negro porque parece que a algunos no les da para entender los mensajes de esa manera, así es que voy directo al grano: 
Basta ya de que por alguien ser «artista», «personaje público» o cualquiera de esas extrañas formas como se le llama a quien decidió dedicarse a un oficio más público que el de muchos otros, algunos insólitos personajes insistan con frasecitas trasnochadas como: «Bueno, te la calas porque tú te debes a tu público», «Tú no querías ‘sé aLtriz’, pues?», «Bueno, ¿y quién te manda? Hubieras estudiado Medicina y no te criticarían tanto». No. 
Eso no se dice. 
No se hace. 
No. 
Estoy segura de que en esta cuenta hay un buen porcentaje de personas que discrepan de muchas de las cosas que digo o publico y son bienvenidos sus comentarios siempre que se hagan con un nivel, una elegancia, una cosa. Las mamarrachadas y la
mediocridad o la flojera al expresarse no las tolero y menos en mis redes ni con mi gente porque a nadie le gusta que entren a su casa a patearle los muebles por más que estés haciendo un open house. Si quieres estar en mi casa, cuídamela y si algo no te gusta dímelo de la misma manera como te gustaría escucharlo a ti. 
Curiosamente en la mayoría de los casos, quienes no tienen el más mínimo nivel para expresarse en las RRSS de los «aLtistas», cumplen con las siguientes características: -Son hij@s de Dios.
-Bendecid@s y afortunad@s
-Tienen entre 1 y 9 seguidores
-Y la cuenta es privada.  ¿Entonces? 
Se han asesinado inocentes, se han declarado guerras y miles de otras atrocidades «en el nombre de Dios». Algo tan bolsa como una red social sería un lindo punto de partida para aprender a comunicarnos decentemente. 
Bendecido y afortunado día para tod@s»

Todo esto fue lo que publicó Simón, acompañado de una imagen en la que muestra una de las tantas cuentas falsas que abundan en la mencionada red social. 

Cabe destacar que hace unos días, una usuaria dejó un comentario un tanto ofensivo refiriéndose al Pollo Brito, cosa que disgustó a la tambien locutora quien no lo pensó dos veces para responderle. 

 

 

Quiero publicar este post porque mi sentido común me dice que la grandísima mayoría de personas que están siguiendo esta cuenta son gente educada, decente, tolerante y respetuosa y a ellas no les debo, pero sí les quiero dar una explicación. Decido hacerlo porque si logro que uno de ustedes, aunque sea uno, se lleve de forma positiva algo de lo que estoy diciendo, pues me sentiré satisfecha por mí y por mi gremio. No voy a apelar a la ironía, al sarcasmo ni al humor negro porque parece que a algunos no les da para entender los mensajes de esa manera, así es que voy directo al grano: Basta ya de que por alguien ser «artista», «personaje público» o cualquiera de esas extrañas formas como se le llama a quien decidió dedicarse a un oficio más público que el de muchos otros, algunos insólitos personajes insistan con frasecitas trasnochadas como: «Bueno, te la calas porque tú te debes a tu público», «Tú no querías ‘sé aLtriz’, pues?», «Bueno, ¿y quién te manda? Hubieras estudiado Medicina y no te criticarían tanto». No. Eso no se dice. No se hace. No. Estoy segura de que en esta cuenta hay un buen porcentaje de personas que discrepan de muchas de las cosas que digo o publico y son bienvenidos sus comentarios siempre que se hagan con un nivel, una elegancia, una cosa. Las mamarrachadas y la mediocridad o la flojera al expresarse no las tolero y menos en mis redes ni con mi gente porque a nadie le gusta que entren a su casa a patearle los muebles por más que estés haciendo un open house. Si quieres estar en mi casa, cuídamela y si algo no te gusta dímelo de la misma manera como te gustaría escucharlo a ti. Curiosamente en la mayoría de los casos, quienes no tienen el más mínimo nivel para expresarse en las RRSS de los «aLtistas», cumplen con las siguientes características: -Son hij@s de Dios. 🙝🝼 -Bendecid@s y afortunad@s 😇 -Tienen entre 1 y 9 seguidores 🤔 -Y la cuenta es privada. 🚫 ¿Entonces? Se han asesinado inocentes, se han declarado guerras y miles de otras atrocidades «en el nombre de Dios». Algo tan bolsa como una red social sería un lindo punto de partida para aprender a comunicarnos decentemente. Bendecido y afortunado día para tod@s.😉

Una foto publicada por ana maría simón (@anamariasimon) el 25 de Ago de 2016 a la(s) 9:37 PDT

 

 

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