El experto en marketing Irrael Gómez reveló en una entrevista que ha asesorado políticos venezolanos.
Todo esto ocurrió en una emisión del programa Vladimir a la 1, del canal de la “G” Globovision, cuando el presentador del programa le realizaba una serie de preguntas entre ellas el ego que existe en los políticos y en los artistas a lo que Irrael Gómez respondió
“El político que trabajo por ego va a cometer errores siempre, el luchar por el poder a toda costa luchas por liderazgo y cuando finalmente tienes un poco de gente luchando por liderazgo, y cuando tienes un poco de gente luchando por liderazgo, tienes a la MUD, que fue lo que critique y me trajo un costo político también”.
«El gurú de las redes sociales» recordó cuando en una oportunidad lo tildaron de “Enchufado” por lo que dijo “me dijeron chavista y enchufado, tengo 16 años trabajando e empresa privado nunca he trabajado por el gobierno, todos mis clientes son de las empresas privada”.
Eso sí Gómez aseguró que en las redes sociales “la gente está creyéndole a gente que no debería creerles”, sin dar detalles se refirió a cuentas falsas.
En cuanto a su trabajo se refirió que “yo trabajo con lo que parece, cuando viene un cliente para trabajar de un posicionamiento sea verdad, siempre que sea verdad, hay no me interesa de donde viene, solo si es verdad”.
Asimismo Irrael Gómez admitió “Por lo general me he arrepentido pero muy poco con mi trabajo”, en ocasiones le ha tocado decir que no a políticos del gobierno y de la oposición.
Finalmente el especialista en marketing opinó “Yo creo que la política muchas veces se basa en la mentira, sobre todo la política electoral porque, en América Latina, la política electoral es la promesa. La gente dejó de votar por ideales, la gente vota por un color, por una canción, por un influenciador, por cualquier cosa que sea una emoción. Y las emociones son peligrosas. Porque son ilusiones. Y las ilusiones no tienen defecto. Cuando vemos que un político quiere hacer una promesa que, entre lo lógico sabes que es mentira, ahí decimos que no».
