¡Fuera el mal de ojo!

Por: Eleodina Ramírez Araos

@eleodinaramirez

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Una de las preocupaciones más frecuentes cuando nuestros niños están pequeños, es el llamado “mal de ojo”. Por tradición, este es el momento para acudir a esa señora, que con sus tres rezos seguidos, alivia poco a poco los malestares del pequeño. Comparto con ustedes este ritual heredado de mi abuela para ustedes puedan utilizarlos con hijo, sobrinos y nietos.

Ingredientes

– Aceite de oliva

– Varias ramas de Menta

– 7 algodones

– Una vela blanca

Reparación

Moja los siete algodones con un poquito de aceite de oliva. Coloca al niño boca arriba encima de tu cama. Toma un algodón y pásalo en cruz por su cabeza. Toma otro algodón y pásalo en cruz por su pecho. El tercer algodón lo utilizaras para hacerle una cruz en su espalda. El Cuarto será para hacer cruces en sus hombros, codos y muñecas. El quinto para cruzar caderas, rodillas y tobillos. El sexto para hacer cruces en la palma de sus manos y el último para las plantas de los pies. Mientras utilizas los algodones y el aceite de oliva, di en voz alta la oración de Jesús en el Huerto:

Jesucristo se ha perdido, la virgen lo ha ido a buscar;

de huerto en huerto y de rosal en rosal.

Debajo de un rosal blanco un hortelanito esta;

debajo de un rosal blanco como un día de nevar.

Dime, por Dios, hortelanito por Dios, dime la pura verdad;

si a Jesús de Nazareno, por aquí has visto pasar.

¡Sí Sra. sí le he visto antes del gallo cantar!

Una cruz lleva en sus hombros, que le hacía arrodillar;

una corona de espinas que le hacía traspasar;

una soga en la garganta, que de ella tirando van;

de judíos y judías, bien acompañado va;

como de perros rabiosos que no paran de ladrar.

Caminemos Virgen pura, caminemos al calvario, que por pronto que lleguemos; ya le habrán crucificado, ya le clavan los pies, ya le clavan las manos, ya le tiran la lanza en su divino costado.

Ya bajan los pajaritos a quitarle los calvos;

Ya bajan los ruiseñores a quitarle los dolores;

Ya bajan las golondrinas a quitarle las espinas.

La sangre que derramaba esta en el cáliz sagrado, el hombre que la bebiere será bienaventurado, será en este mundo rey y en el otro coronado.

Quién esta oración dirá cada viernes del año;

sacará su alma de pena y la suya del pecado;

será feliz mientras viva y de mala infestación guardado;

quién la sabe no la dice;

quién la oye no la aprende;

ya vendrá el día del juicio y vera lo que le sucede.

Amén.

Ya terminado el rezo, quema con la vela blanca los siete algodones. Échalos en la basura en una bolsa de papel o envueltos en una servilleta. Con la menta prepara tecitos que darás varias veces al niño. Puedes hacer esta limpieza energética cada vez que lo consideres necesario.

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